Somos una masa que forman a su antojo las escuelas,
el gobierno y la sociedad.
En realidad no somos
dueños de nuestro destino
y mucho menos de
nuestras vidas.
No somos indispensables para la vida,
y menos para ciertas actividades,
No hay finalidad especial para el hombre
en realidad, no hay tal finalidad,
al igual que la naturaleza,
simplemente abrimos camino.
Si hubiera finalidad,
sería prioritaria la vida,
sobre los intereses del hombre.
En cambio mi vida,
es el concurso de diversas circunstancias
que me han llevado a ser lo que soy,
no por ninguna fuerza misteriosa o extraterrestre,
sino por la experiencia que consigo,
a través del ensayo y error en la vida,
vivo de acuerdo a las circunstancias
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