La vida se expresa con ritmo,
aunque sin música humana.
El mundo tiene un ritmo,
un paso rítmico que marca el día y la noche,
no es el mismo día y la noche para todos.
El ritmo es celeste no terrestre,
lo marca el sol,
la vía láctea
y otras galaxias.
la gravedad es la culpable.
Hay un ritmo en la naturaleza,
es un mundo frenéticamente hambriento,
se consumen unos a otros.
¡Se come para vivir y se vive para morir!,
no falta el hambre… el mundo es voraz.
El hambre saciada produce poesía,
surgen metáforas: ¡Hermosa naturaleza!,
¡concierto de pajarillos! y ¡grillos cantores!
…comienza el ritmo
y se olvidan los miedos.
es poesía de selva,
pero también copulación.
El poeta tiene miedo de morir,
pero el pájaro cantor muere cantando.
El poeta se sabe comido, finito y mortal,
y puede expresar su dolor en rítmicas palabras,
y su terror exagerando.
Pero no todo es angustia o muerte,
el ritmo puede expresar alegría,
basta plasmar en palabras,
el nacimiento de un niño,
o el de la vida a través de un río
y lo mismo podemos decir del fuego,
que es el nacimiento del calor de vida
y sobre el aire,
como el aliento de vida
y la tierra, ¡la madre de la vida!,
¡No la madre del poeta!
Autor: J Francisco Gutiérrez Torres
Ilustraciones: Banco de imágenes google
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